Boletín de AIEPBA. Año VII - Nº 64. Buenos Aires. Julio de 1997.
"Autonomía institucional", "Proyecto educativo"...Palabras frases que últimamente escuchamos a menudo en las escuelas. Desde este lugar, la Lic. Cristina Masip aborda el tema, realizando precisiones conceptuales y señalando la importancia de pensar en los propios requerimientos, como punto de partida para todas las acciones en una institución escolar.
"Autonomía institucional", "Proyecto educativo"...Palabras frases que últimamente escuchamos a menudo en las escuelas. Desde este lugar, la Lic. Cristina Masip aborda el tema, realizando precisiones conceptuales y señalando la importancia de pensar en los propios requerimientos, como punto de partida para todas las acciones en una institución escolar.
Quienes estamos en contacto con directivos y docentes en distintas instituciones, escuchamos cada vez con más frecuencia hablar del "Proyecto educativo institucional" -que, cariñosamente y por economía llamamos "PEI"- . Y cuando estas palabras "mágicas" se pronuncian todo parece transformarse siendo acompañadas, generalmente, con una expresión de desaliento..."Tengo que entregar el Proyecto educativo para el....", "¿Por dónde empiezo?", "¿Qué es un "Proyecto educativo?"...
Para abordar profesionalmente este tema, es importante que realicemos algunas definiciones operacionales. Esto significa, definir los términos que nos ocupan y el uso que le daremos en este espacio.
Hacia la autonomía institucional.
Elaborar un Proyecto educativo propio significa ejercer la "autonomía institucional". Estas palabras empezaron a tomar sentido y "ponerse de moda" a partir del nacimiento de la Ley Federal de educación y, sobre todo, cuando todos los docentes empezaron a preocuparse por la llamada "Reforma".
Es probable, también, que encierren una idea poco considerada por quienes ejercían -¿ejercen?- la conducción de los establecimientos educativos, acostumbrados a cumplir sin demasiados cuestionamientos con la normativa que se "bajaba" desde los organismos centrales.
Todos recordamos los apurones y corridas que se realizaban para responder a demandas externas -planillas que debían entregarse en término, proyectos que se pedían surgiendo de un idea "brillante", requerimientos que a veces parecían sin sentido pero que se cuestionaban en la soledad de las máquinas de escribir y los escritorios, etc.-, y que la mayoría de las veces, no se les encontraba sentido, precisamente porque se trataba de requerimientos que nacian en “el afuera” de la institucion.
Y en este encuadre, las necesidades institucionales pasaban a segundo plano,
respondiendo los directivos como "bomberos"; actuando sobre lo que se "mostraba" -síntoma- como grave, y esto lo tornaba urgente; solucionando los problemas cuando se disponía de tiempo. Y... ¿las demandas de la comunidad educativa?...No tenían lugar, porque el espacio para su tratamiento era aún menor, o simplemente, no existía.
"Autonomía" significa "actuar guiado por criterios propios".
En las escuelas ...¿Se guiaban -guían- con criterios autónomos? ...En la formulación de objetivos institucionales?... En la implementación de estrategias?... En la elaboración de proyectos consensuados?... En la determinación de criterios de evaluación?... En definitiva, en la elaboración de un proyecto institucional?
La autonomía pasaba por redactar el "Ideario" de la institución, que la mayoría de los casos quedaba guardado en los archivos en una linda carpeta, para mostrar cuando la necesidad -autoridades- lo requería.
Sólo unos pocos establecimientos se permitían pensar acciones a partir de su propia realidad y esto les premiaba con el calificativo de "avanzados" o de "vanguardia".
Recordando la ley
¿Qué significa hoy la "autonomía institucional"?
Es cierto que desde la promulgación de la Ley Federal, se abrió un abanico de "permisos".
Leemos en el Título Vll de la Ley, referido a la "Unidad escolar y comunidad educativa":
"Art. 42º: La comunidad educativa estará integrada por directivos, docentes, padres, alumnos/as, personal administrativo y auxiliar de la docencia y organizaciones representativas, y participará -según su propia opción y de acuerdo al proyecto institucional específico- en la organización y gestión de la unidad escolar, y en todo aquello que haga al apoyo y mejoramiento de la calidad de la educación, sin afectar el ejercicio de las reponsabilidades directivas y docentes." (lo subrayado es nuestro).
Las escuelas como organizaciones sociales que son, responden a una demanda
institucional para la que fueron creadas: educar. Pertenecen a un sistema educativo que fija prescripciones para su funcionamiento y da el encuadre para permanecer en él.
Más, sin olvidar lo señalado, cada "organización-escuela", está inserta en un contexto comunitario con un entramado de relaciones que es particular y que da lugar a una problemática que la diferencia de otras; lo cual, configura su identidad.
Ejercer la autonomía institucional, significa pensar con criterios de realidad, apoyándose en este contexto, organizando acciones que respondan a necesidades propias derivadas de un diagnóstico ajustado, priorizando problemas, pensando en alternativas de solución que respondan a causas y no sólo a síntomas. Y todo esto, siendo fieles a los valores enunciados en el Proyecto educativo que nació el día en el cual se empezó a imaginar la escuela.
El Proyecto educativo institucional
La autonomía institucional entonces, pasa por elaborar un "PEI" propio; definiéndolo como un proceso que comienza en el momento fundacional y se proyecta en el futuro.
Y junto a las puertas que se abren, el perfil de la institución -enunciando el marco axiológico que deriva en objetivos generales-, da sustento, encuadre, coherencia a todas las acciones que a partir de ese momento se proyecten. Este perfil, será actualizado en tanto los avances científicos y los cambios sociales lo determinen, pero siempre manteniendo los valores originales.
El diagnóstico situacional realizado permanentemente, pero sobre todo al comenzar un nuevo año lectivo, permitirá confrontar la realidad actual con el perfil descrito, la normativa vigente, y los cambios científicos y sociales.
De esta manera se determinarán los propios requerimientos que derivarán -pensando en términos de "viabilidad", "posibilidad", "urgencia" pero sobre todo de "realidad"- en los objetivos generales del plan anual que permitirán pensar "programas" y organizar "proyectos".
Todos los años, entonces, se elabora el "Plan anual de la institución".
Pensando en "Utopías"
La reforma de la que tanto hablamos en educación, no es una simple reforma.
Es una verdadera transformación.
Y para que lo sea, TODOS -los docentes, los padres, los alumnos, los vecinos... la comunidad educativa- debemos tomarnos de las manos para que no quede en una simple intención y podamos cambiar, pero CAMBIAR EN SERIO nuestra educación, que sabíamos ya no daba para más.
No nos detengamos a analizar los cambios formales; los que importan son los que impulsarán esa transformación.
Y acá es donde juegan su rol las escuelas...
¿Qué significa pensar en téminos de "autonomía institucional"?
Significa desear una escuela distinta pero posible, a partir de una mirada hacia lo propio.
Significa pensar en utopías, para que ellas nos guíen como ideal.
Ya no depende de normas y disposiciones que nos llegan.
Depende de que nosotros, los que formamos parte de las escuelas, los que "hacemos" la educación todos los días, nos comprometamos con el futuro.
Se trata de encaminarnos hacia la escuela que soñamos, para cambiarle el sentido a lo utópico, para esforzarnos en convertir en real, eso que desde su propia definición "está en ningún lugar".
Sólo pensando que la utopía es posible, podremos encaminarnos hacia ella.
Para que nuestros hijos tengan un mundo mejor, HOY, deben tener una escuela de calidad.
Es NUESTRO compromiso.
Es SU compromiso.
Ud. DECIDE.
Para abordar profesionalmente este tema, es importante que realicemos algunas definiciones operacionales. Esto significa, definir los términos que nos ocupan y el uso que le daremos en este espacio.
Hacia la autonomía institucional.
Elaborar un Proyecto educativo propio significa ejercer la "autonomía institucional". Estas palabras empezaron a tomar sentido y "ponerse de moda" a partir del nacimiento de la Ley Federal de educación y, sobre todo, cuando todos los docentes empezaron a preocuparse por la llamada "Reforma".
Es probable, también, que encierren una idea poco considerada por quienes ejercían -¿ejercen?- la conducción de los establecimientos educativos, acostumbrados a cumplir sin demasiados cuestionamientos con la normativa que se "bajaba" desde los organismos centrales.
Todos recordamos los apurones y corridas que se realizaban para responder a demandas externas -planillas que debían entregarse en término, proyectos que se pedían surgiendo de un idea "brillante", requerimientos que a veces parecían sin sentido pero que se cuestionaban en la soledad de las máquinas de escribir y los escritorios, etc.-, y que la mayoría de las veces, no se les encontraba sentido, precisamente porque se trataba de requerimientos que nacian en “el afuera” de la institucion.
Y en este encuadre, las necesidades institucionales pasaban a segundo plano,
respondiendo los directivos como "bomberos"; actuando sobre lo que se "mostraba" -síntoma- como grave, y esto lo tornaba urgente; solucionando los problemas cuando se disponía de tiempo. Y... ¿las demandas de la comunidad educativa?...No tenían lugar, porque el espacio para su tratamiento era aún menor, o simplemente, no existía.
"Autonomía" significa "actuar guiado por criterios propios".
En las escuelas ...¿Se guiaban -guían- con criterios autónomos? ...En la formulación de objetivos institucionales?... En la implementación de estrategias?... En la elaboración de proyectos consensuados?... En la determinación de criterios de evaluación?... En definitiva, en la elaboración de un proyecto institucional?
La autonomía pasaba por redactar el "Ideario" de la institución, que la mayoría de los casos quedaba guardado en los archivos en una linda carpeta, para mostrar cuando la necesidad -autoridades- lo requería.
Sólo unos pocos establecimientos se permitían pensar acciones a partir de su propia realidad y esto les premiaba con el calificativo de "avanzados" o de "vanguardia".
Recordando la ley
¿Qué significa hoy la "autonomía institucional"?
Es cierto que desde la promulgación de la Ley Federal, se abrió un abanico de "permisos".
Leemos en el Título Vll de la Ley, referido a la "Unidad escolar y comunidad educativa":
"Art. 42º: La comunidad educativa estará integrada por directivos, docentes, padres, alumnos/as, personal administrativo y auxiliar de la docencia y organizaciones representativas, y participará -según su propia opción y de acuerdo al proyecto institucional específico- en la organización y gestión de la unidad escolar, y en todo aquello que haga al apoyo y mejoramiento de la calidad de la educación, sin afectar el ejercicio de las reponsabilidades directivas y docentes." (lo subrayado es nuestro).
Las escuelas como organizaciones sociales que son, responden a una demanda
institucional para la que fueron creadas: educar. Pertenecen a un sistema educativo que fija prescripciones para su funcionamiento y da el encuadre para permanecer en él.
Más, sin olvidar lo señalado, cada "organización-escuela", está inserta en un contexto comunitario con un entramado de relaciones que es particular y que da lugar a una problemática que la diferencia de otras; lo cual, configura su identidad.
Ejercer la autonomía institucional, significa pensar con criterios de realidad, apoyándose en este contexto, organizando acciones que respondan a necesidades propias derivadas de un diagnóstico ajustado, priorizando problemas, pensando en alternativas de solución que respondan a causas y no sólo a síntomas. Y todo esto, siendo fieles a los valores enunciados en el Proyecto educativo que nació el día en el cual se empezó a imaginar la escuela.
El Proyecto educativo institucional
La autonomía institucional entonces, pasa por elaborar un "PEI" propio; definiéndolo como un proceso que comienza en el momento fundacional y se proyecta en el futuro.
Y junto a las puertas que se abren, el perfil de la institución -enunciando el marco axiológico que deriva en objetivos generales-, da sustento, encuadre, coherencia a todas las acciones que a partir de ese momento se proyecten. Este perfil, será actualizado en tanto los avances científicos y los cambios sociales lo determinen, pero siempre manteniendo los valores originales.
El diagnóstico situacional realizado permanentemente, pero sobre todo al comenzar un nuevo año lectivo, permitirá confrontar la realidad actual con el perfil descrito, la normativa vigente, y los cambios científicos y sociales.
De esta manera se determinarán los propios requerimientos que derivarán -pensando en términos de "viabilidad", "posibilidad", "urgencia" pero sobre todo de "realidad"- en los objetivos generales del plan anual que permitirán pensar "programas" y organizar "proyectos".
Todos los años, entonces, se elabora el "Plan anual de la institución".
Pensando en "Utopías"
La reforma de la que tanto hablamos en educación, no es una simple reforma.
Es una verdadera transformación.
Y para que lo sea, TODOS -los docentes, los padres, los alumnos, los vecinos... la comunidad educativa- debemos tomarnos de las manos para que no quede en una simple intención y podamos cambiar, pero CAMBIAR EN SERIO nuestra educación, que sabíamos ya no daba para más.
No nos detengamos a analizar los cambios formales; los que importan son los que impulsarán esa transformación.
Y acá es donde juegan su rol las escuelas...
¿Qué significa pensar en téminos de "autonomía institucional"?
Significa desear una escuela distinta pero posible, a partir de una mirada hacia lo propio.
Significa pensar en utopías, para que ellas nos guíen como ideal.
Ya no depende de normas y disposiciones que nos llegan.
Depende de que nosotros, los que formamos parte de las escuelas, los que "hacemos" la educación todos los días, nos comprometamos con el futuro.
Se trata de encaminarnos hacia la escuela que soñamos, para cambiarle el sentido a lo utópico, para esforzarnos en convertir en real, eso que desde su propia definición "está en ningún lugar".
Sólo pensando que la utopía es posible, podremos encaminarnos hacia ella.
Para que nuestros hijos tengan un mundo mejor, HOY, deben tener una escuela de calidad.
Es NUESTRO compromiso.
Es SU compromiso.
Ud. DECIDE.
Lic. Cristina Hemilse Masip
Prof. Normal y Especial en Ciencias de la Educación.
Asesora pedagógica institucional
E-mail: licmasip@hotmail.com
Prof. Normal y Especial en Ciencias de la Educación.
Asesora pedagógica institucional
E-mail: licmasip@hotmail.com
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