viernes, 2 de octubre de 2009

EVALUACION INSTITUCIONAL ... para "ver claro"

Boletín de AIEPBA. Año VII - Nº 69. Buenos Aires. Diciembre de 1997.


¿Por qué evaluamos? ¿Para qué evaluamos?¿De qué hablamos cuando nos referimos a la evaluación institucional?¿Lo hacemos para responder a una demanda externa? La Lic. Cristina Masip reflexiona sobre este tema que todos los docentes conocen y en algunos produce inquietud.


¡Ya en Noviembre!...
En las escuelas se vive el ajetreo que cada año se renueva: Tiempo de cierre... Tiempo de replanteos...Tiempo de ajustes y retroalimentación...
Tiempo de evaluaciones... de los alumnos, de los docentes, de la institución;
cada una con características propias, involucradas en un mismo proceso que da sentido a la organización escolar: EDUCAR, y emparentadas por el mismo objetivo: “VER CLARO”...

Evaluación institucional.
El año comenzó con un diagnóstico institucional que abarcó todas las dimensiones de la organización escolar. Así, a partir de los datos surgidos de la evaluación final del año anterior y de la realidad de ese momento, nacieron los grandes propósitos para el ciclo que hoy finaliza, expresados en el plan anual que se derivó en programas y éstos en proyectos, y que contempló los modos y los instrumentos para realizar el seguimiento y control de los pasos dados.
Hoy, en la escuela, es el momento de dirigir la mirada a esos propósitos, para ver los resultados y la calidad de los resultados. Si bien la evaluación es un proceso permanente en la vida institucional, el balance final es necesario.
Si importa cuántos proyectos se concretaron, también reviste suma importancia la forma en que se llevaron a cabo: el proceso que condujo a su logro. Quizás, sea más significativo para la institución y los objetivos que se planteen para el ciclo que viene, revisar fundamentalemene las características que asumió la forma que llevó al producto de hoy, a fin de realizar los ajustes necesarios.
En esta línea, importan tanto los resultados como la calidad del proceso que desembocaron en ellos.

¿Qué es evaluar?
Evaluar es dirigir atentamente la mirada hacia la “imagen objetivo” que se planteó al iniciar el año y realizar un recorrido desde allí hasta el presente.
Pero no con un criterio de corte, de final, de “terminamos”.
La evaluación es un proceso dentro de otro proceso, el de la vida institucional cotidiana, que requiere juzgar, criticar, discernir; APRENDER... para seguir.
Al evaluar, se percibe.
Y si analizamos este proceso, recordemos que la percepción se estructura con datos que surgen del objeto a percibir y con datos que aporta el sujeto que percibe.
Si pensamos la evaluación desde esta perspectiva, debemos estar atentos a no contaminar lo observado, con las valoraciones, motivaciones, deseos, valores, de quienes nos comprometemos en el proceso de evaluación.
Por eso es muy importante elegir con cuidado los instrumentos y los focos de análisis: A veces un estudio estadístico de planillas “habla mucho”, pero no lo dice todo; habrá que sondear a los involucrados, en encuentros, o con encuestas, cuestionarios, entrevistas. Una observación aislada no constituye certeza; es necesario corroborar lo diagnosticado con diversos instrumentos y varias observaciones de distintos actores.
En el entramado de relaciones humanas que se dan en una escuela, a veces “vemos lo que deseamos ver” y “no vemos aquello que nos lastima”. Porque en todo proceso de evaluación hay satisfacciones y frustraciones, ganancias y pérdidas, alegrías y tristezas.
Pero sigamos ahondando en la finalidad que se persigue en el momento de la evaluación institucional... Porque no se trata de una situación en la cual el dedo autoritario se dirige hacia quien o quienes trabajaron bien o mal. Frustraciones, pérdidas y tristezas, tienen que ver con metas no cumplidas, con caminos mal elegidos, con situaciones no previstas, con recursos no considerados, y también, con responsabilidades no asumidas. Satisfacciones, ganancias y alegrías, con tiempos ganados, con ahorro de esfuerzos, con estrategias adecuadas, con compromisos y esfuerzos compartidos.
Como vemos, toda la organización escuela se coloca bajo la lupa, incluídos los actores y sus relaciones, los medios utilizados, los procesos y los productos.
Ampliemos nuestra idea inicial: El objetivo al evaluar es ...“VER CLARO PARA CRECER”.

La escuela inteligente
Escuchamos últimamente referencias a la escuela inteligente.
Una escuela inteligente es la que aprende de sus propios errores. La que hace de esos desaciertos, una oportunidad para aprender de sí misma.
Una organización se muestra como inteligente, cuando no utiliza en el momento de evaluar la palabra acusadora, sino que lo constituye como un lugar de reflexión sobre la propia práctica que permitirá realizar los ajustes necesarios para
crecer y mejorar esa práctica.
Reflexión que sólo tendrá valor para sí misma.
Porque cada institución es una estructura compleja, con una cultura definida sólo en el propio contexto. Esas características distintivas la hacen única e irrepetible, con recursos humanos y materiales propios que configuran una dinámica especial, en la utilización de los mismos y en las forma de resolver sus conflictos.
Esto determina que el proceso de evaluación en cada escuela, revista notas que sólo le pertenecen. Cada escuela organizará su plan de evaluación de acuerdo a sus posibilidades y recursos, pero fundamentalmente con fidelidad a los valores expresados en el marco axiológico que la define y que le dio vida.

Momento de definiciones
Es común escuchar a directivos preocupados por “la reunión de evaluación que pidió la inspectora”o “Tenemos que hacer la evaluación institucional”.
Ya señalamos en estos espacios que nos convoca, la importancia de responder a demandas internas.
No se evalúa porque lo pide la “superioridad”.
Se evalúa para TOMAR DECISIONES.
¿Qué debemos decidir?
Elegir entre seguir negando la realidad, cometiendo los mismos errores, actuando sobre los emergentes que a veces son individuales, señalando al que se equivoca, sancionando al que se desvía, o mirar objetivamente la realidad de nuestra escuela , registrando aciertos y frustraciones, para apropiarse de los primeros y colocar las dificultades, los imprevistos, los conflictos no resueltos, en el lugar del disparador para crecer.
¿Qué nos permite evaluar?
Simplemente pensar si DESEAMOS CRECER.
Nuevamente...
Ustedes DECIDEN...
Porque es su escuela, la de ustedes, el lugar de encuentro de todos los dias, en el que por sobre todo, lo importante es educar con calidad.
Porque somos profesionales de la educacion, debemos “VER CLARO”


Lic. Cristina Hemilse Masip
Prof. Normal y Especial en Ciencias de la Educación.
Asesora pedagógica institucional
E-mail: licmasip@hotmail.com

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