Boletín de AIEPBA. Año VIII- Nº 71. Buenos Aires. Mayo de 1998.
Lograr el compromiso de todas las personas que integran el plantel en una escuela, a veces, no es tarea fácil. Una vez más, se analizan las posibilidades que brinda la reflexión del marco axiológico que configura el PEI. En esta oportunidad,para recurrir a él, en el momento en que se debe decidir el ingreso de un nuevo integrante.
En distintas oportunidades me he referido en estos encuentros a todas las tareas a las que debe abocarse el directivo. Pero quizás, uno de los esfuerzos más importantes, esté dedicado a la generación del compromiso de los docentes con el proyecto educativo institucional.
Así, es común escuchar a los que tienen funciones de coordinación institucional...“No puedo lograr que los docentes se comprometan”....o... “No le solicites ninguna idea nueva porque lo único que hace es dar clase”, “No le pidas que se quede fuera de horario”, “Cuando hacemos reuniones, todos se enganchan en proyectos nuevos, pero de ahí a ponerlos en práctica...; realmente es un esfuerzo inmenso”....
Sería relativamente fácil pensar en acciones para dar solución a estas situaciones, y quizás muchas de ellas ya fueron imaginadas... pero ... ¿No le parece interesante, Sra Directora o Sr. Director, que le dediquemos unos momentos a analizar estos comentarios?
Las causas
Es probable que Ud. haya ensayado diversas maneras para revertir este estado de cosas. ...- reiterar compromisos; insistir en las posibilidades que brinda la implementación de ciertas acciones; supervisar la ejecución, etc-. Y quizás también sea cierto que le haya demandado mucha energía y tiempo. Y siguiendo en la línea de probabilidades, podría afirmar que no siempre habrá obtenido los resultados esperados.
¿Por qué pasa -pasó, pasará- que un docente no se compromete con el proyecto institucional?
Lograr el compromiso de todas las personas que integran el plantel en una escuela, a veces, no es tarea fácil. Una vez más, se analizan las posibilidades que brinda la reflexión del marco axiológico que configura el PEI. En esta oportunidad,para recurrir a él, en el momento en que se debe decidir el ingreso de un nuevo integrante.
En distintas oportunidades me he referido en estos encuentros a todas las tareas a las que debe abocarse el directivo. Pero quizás, uno de los esfuerzos más importantes, esté dedicado a la generación del compromiso de los docentes con el proyecto educativo institucional.
Así, es común escuchar a los que tienen funciones de coordinación institucional...“No puedo lograr que los docentes se comprometan”....o... “No le solicites ninguna idea nueva porque lo único que hace es dar clase”, “No le pidas que se quede fuera de horario”, “Cuando hacemos reuniones, todos se enganchan en proyectos nuevos, pero de ahí a ponerlos en práctica...; realmente es un esfuerzo inmenso”....
Sería relativamente fácil pensar en acciones para dar solución a estas situaciones, y quizás muchas de ellas ya fueron imaginadas... pero ... ¿No le parece interesante, Sra Directora o Sr. Director, que le dediquemos unos momentos a analizar estos comentarios?
Las causas
Es probable que Ud. haya ensayado diversas maneras para revertir este estado de cosas. ...- reiterar compromisos; insistir en las posibilidades que brinda la implementación de ciertas acciones; supervisar la ejecución, etc-. Y quizás también sea cierto que le haya demandado mucha energía y tiempo. Y siguiendo en la línea de probabilidades, podría afirmar que no siempre habrá obtenido los resultados esperados.
¿Por qué pasa -pasó, pasará- que un docente no se compromete con el proyecto institucional?
¿Por qué... Si el clima de trabajo es ameno, si desde la dirección se lo escucha, se lo contiene, se lo apoya, se lo asesora?...
Podríamos imaginar muchas respuestas, pero ¿Sabe? debemos, para tener una idea más clara, remitirnos a las causas y a la historia de este docente, que está aquí y ahora, en nuestra escuela y en nuestra comunidad educativa.
¿Cómo llegó?
¿Conocía a la institución?
¿Alguien le mostró, le leyó, analizó junto a él, el marco axiológico del proyecto educativo?
Este docente, al ingresar, ¿Tuvo la oportunidad de reflexionar sobre los objetivos generales de la institución? ¿Pudo analizar los perfiles educativos expresados en el PEI? y, específicamente, ¿Comprendió las conductas que se esperaban de su rol docente en ESTE establecimiento?, ¿Entendió la línea pedagógica del colegio y el concepto de aprendizaje que sustenta todas las acciones en esta escuela? Y lo más importante, ¿Pudo expresar si COMPARTIA los valores allí expresados?
Es probable que este docente que nos ocupa, haya ingresado a la escuela de la mano de una persona que lo recomendó, o de un curriculum frondoso, o a través de un aviso clasificado en el cual se solicitaba un docente con tales y cuales características. Pero también pudo haber sucedido -y esto es bastante común- que fuera el único que integraba el listado de postulantes, en la carpeta de personal ofrecido. Ya en una primera entrevista, puede que se haya comprometido con SU rol de maestro, de docente o de profesor de música, de lengua o de geografía...
Pero todo esto no basta.
Los primeros contactos
Para que un docente se comprometa con el PEI de la escuela, debe compartir, SENTIR, VIVIR, PENSAR, los mismos valores que la escuela sustenta en SU proyecto institucional.
Por eso, la primera entrevista es sumamente importante; en ella, se pone sobre la mesa aquello que se espera de la persona que conformará el plantel de docente. Se “desnuda” la línea de la escuela, que es ESTA y no otra.
Y cuando me refiero a la “línea de la escuela”, pongo al mismo nivel todas las dimensiones que conforman el “hacer la escuela todos los días”: Pedagógico-didáctica, comunitaria y organizacional.
Es en este primer encuentro -que pueden ser varios- donde directivo y docente tienen el mismo derecho: ANALIZAR A FONDO EL MARCO AXIOLÓGICO DEL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL, para tener ambos la posibilidad de DECIDIR.
Si esta tarea se realiza sin apuros, en un espacio dedicado exclusivamente a cumplir con ese objetivo, quizás los esfuerzos posteriores serán menores.
Una reflexión final
En nuestro último encuentro insistí en lo valioso de “desempolvar” de vez en cuanso el PEI. Hoy amplío la idea: Téngalo sobre su escritorio, -siempre cerca de sus manos-; él, configura la base de todas las acciones que se se proyecten en SU escuela. Y para el caso en que las situaciones descritas al inicio de esta página se parezcan a su realidad cotidiana, recurra a él -al PEI- y hágalo toda vez que sus - o su- docentes se apartan de la línea: Reflexione con ellos, individual o grupalmente, sobre el significado de cada palabra escrita, de cada valor expresado, en definitiva, de la idea de hombre que sustentó su elaboración.
CONOCIÉNDOLO, -releyéndolo, volviéndolo a analizar- nadie podrá, ni deberá apartarse de él.
Podríamos imaginar muchas respuestas, pero ¿Sabe? debemos, para tener una idea más clara, remitirnos a las causas y a la historia de este docente, que está aquí y ahora, en nuestra escuela y en nuestra comunidad educativa.
¿Cómo llegó?
¿Conocía a la institución?
¿Alguien le mostró, le leyó, analizó junto a él, el marco axiológico del proyecto educativo?
Este docente, al ingresar, ¿Tuvo la oportunidad de reflexionar sobre los objetivos generales de la institución? ¿Pudo analizar los perfiles educativos expresados en el PEI? y, específicamente, ¿Comprendió las conductas que se esperaban de su rol docente en ESTE establecimiento?, ¿Entendió la línea pedagógica del colegio y el concepto de aprendizaje que sustenta todas las acciones en esta escuela? Y lo más importante, ¿Pudo expresar si COMPARTIA los valores allí expresados?
Es probable que este docente que nos ocupa, haya ingresado a la escuela de la mano de una persona que lo recomendó, o de un curriculum frondoso, o a través de un aviso clasificado en el cual se solicitaba un docente con tales y cuales características. Pero también pudo haber sucedido -y esto es bastante común- que fuera el único que integraba el listado de postulantes, en la carpeta de personal ofrecido. Ya en una primera entrevista, puede que se haya comprometido con SU rol de maestro, de docente o de profesor de música, de lengua o de geografía...
Pero todo esto no basta.
Los primeros contactos
Para que un docente se comprometa con el PEI de la escuela, debe compartir, SENTIR, VIVIR, PENSAR, los mismos valores que la escuela sustenta en SU proyecto institucional.
Por eso, la primera entrevista es sumamente importante; en ella, se pone sobre la mesa aquello que se espera de la persona que conformará el plantel de docente. Se “desnuda” la línea de la escuela, que es ESTA y no otra.
Y cuando me refiero a la “línea de la escuela”, pongo al mismo nivel todas las dimensiones que conforman el “hacer la escuela todos los días”: Pedagógico-didáctica, comunitaria y organizacional.
Es en este primer encuentro -que pueden ser varios- donde directivo y docente tienen el mismo derecho: ANALIZAR A FONDO EL MARCO AXIOLÓGICO DEL PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL, para tener ambos la posibilidad de DECIDIR.
Si esta tarea se realiza sin apuros, en un espacio dedicado exclusivamente a cumplir con ese objetivo, quizás los esfuerzos posteriores serán menores.
Una reflexión final
En nuestro último encuentro insistí en lo valioso de “desempolvar” de vez en cuanso el PEI. Hoy amplío la idea: Téngalo sobre su escritorio, -siempre cerca de sus manos-; él, configura la base de todas las acciones que se se proyecten en SU escuela. Y para el caso en que las situaciones descritas al inicio de esta página se parezcan a su realidad cotidiana, recurra a él -al PEI- y hágalo toda vez que sus - o su- docentes se apartan de la línea: Reflexione con ellos, individual o grupalmente, sobre el significado de cada palabra escrita, de cada valor expresado, en definitiva, de la idea de hombre que sustentó su elaboración.
CONOCIÉNDOLO, -releyéndolo, volviéndolo a analizar- nadie podrá, ni deberá apartarse de él.
Lic. Cristina Hemilse Masip
Prof. Normal y Especial en Ciencias de la Educación.
Asesora Pedagógica Institucional
E-mail: licmasip@hotmail.com
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