domingo, 4 de octubre de 2009

Los caminos de la transformación

Boletín de AIEPBA. Año VII - Nº 65. Buenos Aires. Agosto de 1997.

En esta entrega, la Lic. Cristina Masip aborda el tema de la
elaboración de proyectos institucionales comunitarios, en los cuales escuela estatal y escuela privada asuman la transformación educativa como un desafío compartido

En las puertas de un nuevo milenio asistimos a grandes cambios; el mundo entero se modifica a partir de una revolución científico-tecnológica que da lugar a una compleja realidad social, política y económica y a una escala axiológica diferente.
Las escuelas, como estructuras sociales que se organizan en torno a la institución de la educación, no pueden permanecer quietas ante esta transformación. Las respuestas que dieron a las demandas de la sociedad industrial, ya no alcanzan y deben ajustar su función a partir de los requerimientos de este nuevo mundo que emerge.
Es así que la escuela se encuentra ante un gran desafío: formar un hombre que no sólo esté instrumentado para actuar en una sociedad tecnificada, también debe estar preparado para acompañar y producir esos cambios.
Aunque realicemos un análisis superficial de las reformas que a nivel mundial se intentaron en materia de educación, observaremos que todos los sistemas educativos por más distantes que estén en la geografía del planeta, trataron y tratan de dar respuestas a estas nuevas exigencias.

Nuestra realidad
En Argentina, fueron muchos los intentos que se realizaron como proyectos particulares en las provincias. En forma despareja y con diversos objetivos se abocaron a la puesta en marcha de acciones que sólo modificaron parcialmente una realidad educativa que necesitaba un cambio desde sus propias bases. Así, en algunas jurisdicciones se modificaron programas, en otras se actualizó al personal y hubo quienes pensaron los proyectos de reforma, desde otra óptica, la institucional.
A partir de la promulgación de la “Ley Federal” de educación se aborda la reformulación de todos los sectores del sistema educativo -demandado por la sociedad en su conjunto-, y que ya no se circunscribe a áreas determinadas o a intenciones particulares. La reforma educativa que se propone desde esta normativa, intenta una transformación a nivel nacional.
A los desafíos que a nivel mundial se observan, nuestra escuela argentina se ve sobreexigida por una realidad propia, nacional. Como resultado de una crisis económico-social por todos conocida -y que no nos detendremos a analizar por exceder el propósito de estas líneas- el mercado laboral se ve seriamente deprimido. Esto determina que quienes deseen acceder a puestos de trabajo, deban estar instrumentados para responder en forma óptima a los requerimientos que la nueva tecnología demanda, y a una competencia que cada vez es mayor. Así es que la escuela debe preparar con mayores niveles de formación, y a su vez contar con los recursos -materiales y humanos- acordes al contexto.
Estas demandas se potencian cuando nos referimos a instituciones educativas de gestión privada.
Baste con afirmar que la escuela pública ya no puede asumir los requerimientos que la sociedad realiza.
Nuestra escuela pública que a mediados de siglo respondía satisfactoriamente a las
necesidades comunitarias, hoy no da a basto. Políticas coyunturales y crisis social, fueron desmantelando todo un edificio que hoy se mantiene gracias al voluntarismo de los propios actores.
La realidad hoy nos muestra una escuela estatal empobrecida, respondiendo a la función específica con escasos recursos, recibiendo una población que excede su capacidad. A pesar de todo este panorama, este sector educativo realiza grandes esfuerzos para responder a la función específica para la cual fue creado -con escasos recursos- sólo atenuado por la capacidad y la voluntad de los docentes.
En medio de esta crisis, la escuela de gestión privada también se ve sobreexigida. No sólo absorbe gran parte de las demandas que la sociedad realiza a las instituciones educativas en general. También los esfuerzos por responder a requerimientos económicos y sociales, propios del ámbito, son enormes.
Y hasta hace muy pocos años, escuela pública y escuela privada, coexistían una al lado de la otra, en una sana competencia.
Esta coexistencia hoy no alcanza.

¿Escuela estatal versus escuela privada?
En nuestro último encuentro abordamos la elaboración del PEI, definiéndolo como una estructura que comienza en el momento fundacional y que se actualiza a partir de los cambios científicos y tecnológicos que determinan nuevas demandas de la sociedad. Nos detuvimos, en ese momento, a pensar juntos en el significado de la palabra autonomía para su construcción.
Dijimos que cada "organización-escuela", está inserta en un contexto comunitario con un entramado de relaciones que es particular. En él, conviviendo unas y otras, se plantean tanto a las escuelas de gestión oficial y escuelas de gestión privada, la necesidad de nuevas respuestas y nuevas orientaciones. Es por eso que, aunque cada una tiene una realidad propia y necesidades particulares, se comparten muchos problemas y el desafío de la construcción de un modelo transformado de escuela que se impone como resultado de los objetivos que la reforma educativa se propone y del panorama económico, político y social que hemos descrito.
Y repetimos...Ya no alcanza “coexistir”
Pensando en un hombre nuevo, en una escuela renovada acorde con las demandas del momento, en una educación de calidad sin discriminaciones, escuela oficial y escuela privada deben “coactuar”.
Y “coactuar” significa elaborar proyectos institucionales propios y particulares para cada una de ellas, pero con el agregado de apostar al futuro hermanadas, construyendo proyectos compartidos. Se trata de que en cada “PEI”, se abra un espacio institucional para generar acciones que posibiliten la resolución de problemas comunes.
Nuestras voces están unidas en el reclamo de una escuela de calidad.
Para lograrlo es imperativo que apoyándonos en criterios de realidad, posibilidad y viabilidad nos unamos en proyectos comunitarios que nos encuentre recorriendo juntos caminos de solución, en acciones fecundas y constructivas.
Es cierto que siempre tuvimos lo que se llama “buenas relaciones”, que nos encontramos, que organizamos actividades juntos, que nos vemos en las plazas el 9 de julio o el 25 de mayo.
Siempre al lado unas de otras.
...¿Cómo respuesta a quién o a qué?...
Hoy, ya metidos todos en la “reforma”, asistimos a acciones compartidas entre instituciones, como resultado de disposiciones “de la superioridad”: Se comparten espacios porque se debe “articular” para dar cabida a la población del tercer ciclo de EGB; se realizan proyectos para dar respuesta a “temas transversales” como el SIDA, la violencia o el alcoholismo y podríamos seguir en nuestra ejemplificación.
Y nuevamente... ¿Cómo respuesta a quién o a qué?... Siempre respondiendo a solicitudes que en nuestro diálogo pasado, denominamos “demandas externas’
Pero ésta no es la intención de la propuesta que desde acá acercamos.
La autonomía institucional también tiene que ver con la implementación de acciones que nos comprometa en la resolución de problemas propios del contexto regional. Ese contexto que “la superioridad” no conoce a fondo, y en el cual funcionan muchas instituciones educativas, grandes, chicas, oficiales y privadas. Y en ellas, numerosos docentes con diversidad en formación y que todos los días dan muestras de creatividad, de voluntad, de esfuerzo.
La transformación educativa, si la pensamos como un cambio total, como una revolución de un sistema que se caía por sí mismo, necesita que nos unamos, no sólo para pensar juntos, proponer juntos, sino fundamentalmente para HACER JUNTOS, en un verdadero encuentro, sin renunciar a la libertad y a las respuestas a las propias necesidades; ejerciendo la autonomía que le corresponde a cada una, comprometidos en objetivos comunes, en compromisos consensuados, en la búsqueda de caminos para canalizar los esfuerzos a fin de lograr esa escuela nueva que todos ansiosamente deseamos. Y por sobre todo, adaptada a la realidad inmediata.

Lic. Cristina Hemilse Masip
Prof. Normal y Especial en Ciencias de la Educación.
Asesora pedagógica institucional
E-mail: licmasip@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario